Recuperando mi huerto urbano

De entre los proyectos pendientes que me propuse recuperar en 2018 está el del huerto urbano.

El mío lo alquilé en «Huertos Neptuno» con Evaristo y Juan en el mes de julio. Tuve mucha suerte porque era una parcela de 30 metros cuadrados que habían dejado una pareja que se mudaba de repente a Madrid por trabajo.

La parcela estaba completamente plantada de hortalizas, y muy bien aprovechada, todo hay que decirlo.

Pude recoger durante el verano de todo: cebollas, pimientos verdes, pepinos, calabacines, berengenas, judías planas, acelgas, sandías, melones, fresas… y tomates para un colegio que he estado recogiendo hasta el mismo mes de noviembre.

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Durante el invierno he plantado lechugas y espinacas, que he podido comer todo el invierno y coles, coliflores y puerros que aún están creciendo.

En noviembre le pasé el testigo a María por razones de salud, y ella se ha ocupado muy bien de la parcela todo el tiempo, incluidas las semanas de Calcuta.

Ya he recogido el testigo de nuevo… y me apetece muchísimo ocuparme del huerto durante la primavera: de momento parece que no hay mucho que hacer hasta abril: oxigenar la tierra y abonarla con estiercol; limpiarla de hierbas y esperar al momento de plantar.

Mientras tanto recuperaré lecturas sobre huertos urbanos que puse en espera en mi «pila de libros urgentes» mientras preparaba el viaje a Calcuta con otras lecturas.

Y visitaré a los de Semillas Bolívar a ver qué tienen que se pueda ir plantando ya, flores y plantas aromáticas incluidas.

Calcuta. Casi vegetariana

En Calcuta casi no he probado ni la carne ni el pescado.

He sido casi vegetariana.

La fruta, exquisita

Eso sí… bien lavadito todo:

Leche:

Pan:

Y este es un puesto de un dulce hecho de mil ingredientes. Le ponía aun algunas cositas más, enrollaba la hoja con todo dentro y lo mojaba todo en almíbar. Había que meterselo entero en la boca.

Y una simpática recomendación en la calle:

Pally Biscuits, proveedor oficial de galletas para las Misioneras de la Caridad.

En todos los centros de las Misioneras de la Caridad, a la hora del té se ofrece siempre unas galletas, siempre las mismas… rectangulares y muy poco dulces… el sabor es entre crackers y galletas María.

Los paquetes son siempre genéricos… y me enteré que desde Holanda les envían hasta Calcuta todas las que necesiten gratis.

Esta es la empresa:

Loable!

Calcuta. La Diosa Kali

La diosa Kali es una de la principales diosas del hinduísmo y su templo es objeto de peregrinación de miles de fieles a diario.

Su representación es la de una mujer con 4 brazos, un collar de cabezas cortadas y saca la lengua llena de sangre.

Es considerada la Madre Universal y la diosa destructora de la maldad y de los demonios, por eso tiene un aspecto bastante agresivo y nada dulce.

Además, es la Patrona de la ciudad de Calcuta.

En el Indian Museum está en la Sala de Máscaras:

Aquí teneis mas representaciones de la diosa Kali:

Calcuta. El camino hacia el templo de la diosa Kali

Para ir a Kalighat hay que hacer el mismo camino que hacen los miles de peregrinos diarios del Templo de la diosa Kali.

Lo primero, una portada majestuosa que nos dice que estamos entrando en una zona espiritual y especial.

Y todo el camino tenderetes con souvenirs de la diosa y puestos de flores para ofrendas en el templo.

Son tantos los peregrinos que a diario pasan por aquí que ví como se está reordenando el espacio público delante del templo para que puedan instalarse de manera ordenada todos los tenderetes que hay regados por todas las calles de alrededor del templo.

El año que viene cuando volvamos ya estará terminado.

Visité el templo durante el descanso del te de los voluntarios de Kalighat… como estaba puerta con puerta, pensé que podía hacerlo en ese rato, sin pensar en el colón de gente que había para entrar.

Pasé por delante de la cola pensando que aquello no era para mí: tanta gente, tanto ruido, todos gritando y moviendose exageradamente, casi en trance… no sé, me pareció casi peligroso.

Pero un vigilante me dijo qque me metiera por la cola de la derecha, que estaba vacía. Con gestos me indicó que me quitara los zapatos y entrara.

El suelo estaba asqueroso, se me pegaban los pies de las flores pisoteadas y de vete a saber qué mas… casi tuve que obligarme a dejar de pensar en lo que podría estar pisando para poder entrar y ver lo que ocurría dentro.

La cola de la derecha pasaba por delante de la diosa en segunda fila, detras de los de la cola de la izquierda, por eso no había nadie… pero para mí fue más que suficiente, no hubiera podido acercarme más, lo prometo.

Vi como las familias histéricas entregaban dinero y guirnaldas de flores al hombre que había dentro de la capilla, con la diosa y una hoguera… había cacharros de cobre, quizas oro y algun otro metal. Al fondo una imagen indeterminada de la diosa casi a oscuras… me dió bastante repelús, como si estuviera en alguna sesión de exorcismo o algo parecido… la histeria de la gente, los empujones… todo!. Cuando salía, un tipo me pintó la frente de repente, sin yo darme ni cuenta.

Salí todo lo corriendo que pude… y como pude, me puse de nuevo las sandalias intentando quitarme toda la porquería de la planta de los pies.

Llegué a Kalighat y me lavé las manos y los pies casi con el desinfectante que manejan y que pica tanto…

Aquí está mi punto rojo!

Calcuta. Indian Museum

Entre los voluntarios no se ponían de acuerdo sobre el Indian Museum. Unos decían que estaba bien y otros que era una birria, aun así decidímos ir Silvina y yo.

A mí me gustó bastante. El museo está bastante anticuado… pero tiene muchísimo encanto. Lo abarca todo: aequeología, arte, pintura contemporanea, textiles, museo natural, de los minerales, de las máscaras y de los niños… todo!

Algunas partes están arregladas y modernizadas y otras tienen aun las vitrinas y los muebles que dejaron puestos los ingleses.

Os dejo algunas fotos.

Esto es un telar casi exacto a los de titagarh, pero 200 años mas a tiguo

La producción de seda explicada en una vitrina

Y la caña de azúcar.

Misioneras de la Caridad. La Obra.

Después de pasar 3 semanas aquí, viniendo a diario a la Casa Madre, participando de todo lo que ellas ofrecen… que es tanto!!… trabajando en Shanti Dan, en Khaligat y aquí mismo, he pasado mas horas el la Orden de las Misioneras de la Caridad que en cualquier otro sítio de Calcuta. Es donde mejor me he sentido. Tantas horas como me han permitido, las he pasado con ellas.

No hay palabras en mi vocabulario suficientes para describir lo que siento al finalizar mi estancia… aquellas palabras que escuché el primer domingo en la reunión del Sharing: «gratitud» y «felicidad» son las que más se acercan a lo que quiero decir.

Creo que la Obra que la Madre Teresa fundó en 1948 va mucho más allá de cuidar a los enfermos, moribundos y «pobres entre los pobres».

Su Obra es una lección para el mundo entero, para nosotros… es un gesto de generosidad inmenso por parte de las Misioneras de la Caridad el de permitirnos a nosotros, gentes venidas de todos los lugares, colaborar con ellas y sentirnos útiles por unos días.

En realidad sus Centros, repartidos por toda Calcuta funcionan de manera impecable… sin necesitarnos a los voluntarios, pero su organización y estructura están hechos de tal manera que pueden dar cabida a todos los voluntarios que haya…siempre hay tareas que hacer… para todos.

En el fondo, Madre Teresa fué una visionaria, fue capaz de reconocer esa necesidad del ser humano de ayudar a los demás, y al hacerlo sin filtros, sin requerimientos, sin pedirnos nada, ni siquiera un compromiso, nos da tanta libertad, que no hay razones para no hacerlo.

Pocas personas han tenido esa enorme inteligencia de la Madre Teresa… ocurre pocas veces que ante una tragedia, una catástrofe, se piensa tambien en dar cabida a los otros necesitados, a los que tienen necesidad de dar.

En realidad, el voluntariado se puede hacer en todos los centros de la Orden repartidos por el mundo… pero es cierto que Calcuta y la Casa Madre tienen algo especial, algo tan espiritual que nos hace sentirnos en un lugar santo.

Y un lugar de peregrinación… no sólo de voluntarios, también de visitantes, venidos de toda la India, Asia y occidente.

A diario centenares visitan este lugar y rezan en su tumba… y todo esto en apenas 20 años, desde la muerte de Madre Teresa.

… y creciendo sin parar porque los que venimos, intentamos a nuestro regreso transmitir esta experiencia… que es casi imposible de describir con palabras.

Dadle 50 años más y será imparable!

Cuando me pregunten por la experiencia diré que sólo he enjuagado ropa, fregado platos y limpiado ventanas, nada especial…pero me he sentido tan bien, que lloraré al intentar contarlo.

Estas fotos están sacadas durante el descanso del te en Shanti Dan. Somos todas las voluntarias, las de niñas y las de adultas.

El último días. Despedida en el desayuno de los voluntarios

Calcuta. Madre Teresa, mi viaje

Admiro a la Madre Teresa de Calcuta. Desde siempre leía cosas de ella y la veía en la televisión, sobre todo desde la concesión del Premio Nóbel.

Su personalidad me era familiar y cercana y ya tanteé la posibilidad de venir a hacer voluntariado hace unos 12 años más o menos.

Sin embargo la vida te lleva por otros caminos y hay proyectos que quedan temporalmente aparcados.

Y tambien, sin embargo, otros acontecimientos de la vida posteriores con los que no contabas, te devuelven a la primera línea proyectos que dejaste aparcados.

Quise por segunda vez venir a Calcuta en el mes de marzo 2018.

Hasta mi llegada en enero del año siguiente he preparado el viaje intensamente:

… primero leyendo sobre el voluntariado con las Misioneras de la Caridad, el registro, los requerimientos, las tareas… si lo podía hacer o no por cuestiones físicas, o cualquier otro factor…

Cuando confirmé que era posible venir, comencé a leer sobre ella, su vida, la Orden, los cuidados que dan a los enfermos, los pobres y moribundos. Leí mucho en internet y algun libro más sobre ella.

La exposición del mes de julio 2018 en la Curia de Granada también ayudó, la visité unas 3 veces… pasé horas…

Después leí alguna novela ambientada en la ciudad de Calcuta y algo más sobre la India, su cultura, su diversidad etc.

Me ha llevado meses preparar este viaje, no exagero.

La Casa Madre, un edificio tradicional de Calcuta.

La Casa Madre (segundo edificio que recibió la Orden de las Misioneras de la Caridad cuando la casa de 14 Creek Lane se les quedó pequeña) es una construcción tradicional calcuteña. He visto varios muy parecidos en la ciudad…

Estas son las típicas ventanas

Este es el patio de la Casa Madre

Esta es la recepción

Y esta es la entrada

EL DIA A DIA EN LA CASA MADRE

En la Casa Madre deben vivir unas 80 o 100 monjas, todas las que acuden a la misa de las 6.

Ellas viven en los pisos superiores, y durante la mañana se ve un ritmo frenético: hasta las 10 por lo menos todas, de 10 en 10 lavan su ropa. Se ve también como salen a sus centros o a lo que tengan qur hacer, de 2 en 2 casi siempre.

A partir de las 8 empiezan a llegar visitantes, individuales y grupos. Los grupo, muchos son religiosos y ocupan la capilla de al lado de la tumba. Algunos xcantan, otros reciben un sermón, otros una misa… hay un libro de registro que va reservando las horas de la capilla. Las sisters colaboran en todo, poniendo y quitando sillas, corriendo paneles para dejar espacio.

Están acostumbradísimas.

Mientras Sister Martina decora la tumba, tarea que la tiene ocupada hasta las 9 o 9.30.

Y e el piso de arriba, sisters que van de un lado a otro…

Mucho movimiento, mucha gente, y todos con mucho respeto.

Guía de Turismo en Calcuta

A este tipo, guía de turismo, me lo he encontrado varias veces en Calcuta. .. y mira que Calcuta es grande!

La primera vez estaba detrás mío explicando el Museo de Rabindranath Tagore a un grupo de asiaticos en inglés… intenté quedarme cerca para escuchar algo de lo que decía, pero hablaba tan rápido que me rendí.

A lo largo de la visita del museo lo vi varias veces, y encontré un momento para hablar con él al final, cuando regresamos a ponernos los zapatos.

A mis preguntas respondió:

-Que explica en hindi, bengali y inglés

-Que son aproximadamente unos 20 guias en Calcuta

– Que él trabajó de guía de turismo hace unos 20 años, que lo dejó por un trabajo fijo muchos años y que ha vuelto a la profesión hace un par de años.

– Que él no gana suficiente, porque ha empezado de nuevo hace poco, pero que sus compañeros sí trabajan bastante y están contentos.

– Que no tenía tarjeta, las había gastado todas… que preguntara por él en la oficina de turismo, que allí me pasaban su contacto.

Hasta aquí el primer encuentro.

El segundo encuentro fue un par de días después en el Templo de Kali, haciendo la cola para entrar a las ofrendas con otro grupo… yo salía y se quedó de piedra al verme… no le dio tiempo de reaccionar. Le dí la mano y ni pudo apretarla, la boca abierta se le quedó.

… y lo que le faltaba! Justo un día después de lo de Kali, viene a la Casa Madre con otro grupo… ¡y me encuentra de vigilante en la exposición!

Jajaja!!! Ahí le veis la cara!!!

Aproveché para sacarle una foto del carnet (seguía sin tarjetas) y yo le dí una tarjeta mía…

Los 5 o 10 minutos que su grupo estuvieron en la Tumba, el se vino a la puerta de la exposicion a contarme mil cosas de su vida… que apenas entendía con su inglés acelerado… ingeniero, esposa, separación… que me va a escribir y que espera respuesta… lo de todos… (que pereza!!… si él supiera!!)